Charles Burns por Charles Burns"Fue amor a primera vista. Fue un encuentro casual en una estantería de Freaks. Fue una mezcla de ambas cosas, pero sin duda fue un placer."Hace tiempo tuve un novio aficionado a los cómics, era un auténtico freak del
tebeo underground, se emocionaba con las tiras de
Adrian Tomine y se hacía pajas (nunca descubrí si literalmente) con
Daniel Clowes y
Peter Bagge. El tipo controlaba desde el último cómic editado en Francia hasta los ilustradores japoneses que estaban más de moda en Estados Unidos, hasta tenía un fanzine bastante molón que hablaba de todas estas cosas. Por aquel entonces yo era mucho más gilipollas que ahora, y pensaba que eso de gastarse 10 euros en un mini-libro que te puedes terminar perfectamente en una visita al WC, era una auténtica chorrada. Comprar discos estaba mucho más de moda que ahora y me empezaba a gustar el indie estatal, así que comprar discos como el
Super 8 de
Los Planetas era una prioridad. Quién iba a decir que con el paso del tiempo acabaría apreciando el arte comiquero, que oler los cómics recién comprados se convertiría en un ritual y que los
Ramones suplantarían a
Los Planetas en mi top ten.

En una de nuestras visitas semanales a
Freaks tuve mi primera experiencia erótico-festiva con
Charles Burns: en una de las estanterías reposaba impecable el
primer número de
Agujero Negro (
Black Hole #1-12 (1995-2004). Mis sentidos se agudizaron, mis reflejos aumentaron durante una décima de segundo, y antes de que nadie se diese cuenta ya había salido de la tienda con el primer número en la mano, pagando, por supuesto. Por aquel entonces estaba bastante perturbada por el cine de terror, recientemente había descubierto el cine de serie b propiamente dicho, me había desvirgado con
Ed Wood y
La invasión de los ladrones de cuerpos se había convertido en una de mis películas favoritas. Fue amor a primera vista. Las estrellas de una galaxia en la que habitan canibales vestidos de payaso con ojos en las yemas de los dedos, se habían alineado para que
Charles Burns se convirtiese desde ese momento en mi dibujante de cómics favorito.
Si nunca habéis tenido un cómic suyo entre las manos no habéis podido notar el poder que desprende, la sensación de terror, eso que convierte a sus tebeos en obras de arte y a él en un genio. Si es que sólo hay que admirar las portadas y contraportadas de todos los números de
Agujero Negro por separado para quedarse maravillado y aterrado a la vez. No cabe duda que estamos hablando de su obra maestra, una novela gráfica en la que una plaga de transmisión sexual está perturbando las vidas de los adolescentes de un instituto , causándoles mutaciones y deformaciones en distintas partes del cuerpo. Los afectados por esta plaga se ven obligados a recluirse en campamentos en el bosque alejados del resto de la sociedad, que les margina por ser diferentes.

Como todo autor consolidado, en cualquiera de sus obras aparecen una serie de conceptos imprescindible. Desde
El Borbah(1999) hasta
Agujero Negro, temas como la culpabilidad, la infancia y la sexualidad adolescente son abordados por Burns desde un punto de vista muy al estilo de la ciencia ficción de los años 50 y en la mayoría de sus trabajos aparecen claras referencias a series de televisón americanas como
Twilight Zone. Nadie que haya leído
Agujero Negro ha quedado decepcionado con la experiencia, es más, todos los que nos hemos anguarrado los dedos con la tinta de sus 365 páginas reclamamos una adaptación cinematográfica desde ya. Si algún dibujante de cómics merece que una de sus obras se lleve a la gran pantalla ese es
Charles Burns. No es que las adaptaciones hechas hasta el momento de novelas gráficas como
Ghost World (2001) de
Daniel Clowes o
American Splendor (2003) de
Robert Crumb no merezcan la pena, pero es que hacer una película de cualquier obra de este señor tiene que tener unos resultados acojonantes. Por lo visto
David Fincher,
Roger Avary y
Neil Gaiman ya han caído en el agujero negro.
Más y mejor sobre la participación de Charles Burns en Fear(s) in the Dark, próximamente, aquí.
1 comentario:
A Burns le tengo pendiente. Y eso que siempre que lo he visto en alguna estantería, me ha picado la curiosidad y lo he ojeado, pero por algún extraño motivo he terminado gastándome las pelas en otras cosas.
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